Desde el año 2017 el puente de la Inmaculada tiene un sabor especial en Manilva. Basta con pasear por los alrededores de su céntrica plaza de la Vendimia y seguir el rastro de la música y el irresistible olor para descubrirlo.
Tras cuatro primeras y exitosas ediciones, ‘Saborea Manilva’ vuelve a reunir estos días los mejor de la gastronomía autóctona y popular, consolidándose en su quinto año como una cita gastronómica de referencia.
Con cerca de una veintena de stands, productores locales ofrecen los sabores más representativos de la zona, desde embutidos, mieles, quesos, jamón y, por supuesto, vinos. El santo grial de la gastronomía manilveña, un emblema de esta localidad que desde hace años trabaja por recuperar la vieja tradición vitivinícola y que actualmente cuenta ya con cuatro bodegas con denominación de origen.
“Saborea Manilva nació con la intención de promocionar nuestras bodegas, nuestros productos, dar a conocer nuestras excelencias”, explica el alcalde, Mario Jiménez, y desde luego el propósito parece cumplirse año tras año, viendo cómo crece el número de visitantes, tanto locales como turistas o vecinos de otros municipios de la Costa del Sol.
En un ambiente festivo y familiar, la feria ‘Saborea Manilva’ ha contado a lo largo de estos días (del 2 al 6 de diciembre) con una amplísima programación. Entre las actividades destacan importantes certámenes gastronómicos como el Concurso de vino de Manilva, el Concurso benéfico de corte de jamón de Popi o el Concurso de repostería. A esto se suman las numerosas degustaciones gratuitas de platos tradicionales como la caldereta, la paella o las tortas fritas o la intensísima programación cultural que ha contado con actuaciones de academias de baile, bandas de música local, actuaciones de flamenco, sesiones de dj, teatro musical para los más pequeños, talleres de salsa y bachata, el popular encuentro de parrandas o la clásica zambombá navideña.
Todo ello con el objetivo de promocionar la “marca Manilva”, de hacerse un hueco propio entre los destinos de turismo gastronómico de la provincia y, desde luego, razones tienen de sobra para conseguirlo. “Nuestro mayor orgullo son nuestras cuatro bodegas con denominación de origen, nuestros cinco vinos”, explica su alcalde. “vamos creciendo poco a poco, apostamos por recuperar este sector tan nuestro como parte de la estrategia turística del municipio”.