Málaga está a punto de recibir nuevo obispo. Aunque el anuncio se hará oficial hoy, todo indica que el elegido por la Santa Sede para suceder a Jesús Catalá al frente de la diócesis será José Antonio Satué, actual obispo de Teruel y Albarracín.
El relevo llega tras la renuncia de Catalá, presentada en diciembre al cumplir los 75 años, y tras superar recientemente una grave crisis de salud que lo mantuvo en la UCI tras la Semana Santa. Se espera que Satué tome posesión en septiembre, cumpliendo el plazo habitual para la llegada de un nuevo prelado ya consagrado.
Natural de Huesca y con 57 años, Satué es un perfil profundamente pastoral, formado tanto en parroquias locales como en instancias vaticanas. Ordenado sacerdote en 1993, ha desempeñado cargos como vicario general y deán de la catedral de Huesca, y trabajó durante seis años en la Congregación para el Clero en Roma. En 2021 fue nombrado obispo de Teruel, donde ha destacado por su cercanía al pueblo y una visión de Iglesia humilde y comprometida con lo cotidiano.
Satué está alineado con la línea reformista del Papa Francisco y, más recientemente, con el nuevo pontífice, León XIV. Su perfil fue clave en la reapertura de un proceso canónico contra un docente del Opus Dei condenado por abusos, lo que lo situó como defensor de la justicia dentro de la Iglesia. También ha participado en órganos clave como el Dicasterio para los Obispos, donde colaboró con figuras influyentes como el cardenal Robert Prevost.
Fuentes eclesiásticas interpretan el nombramiento como un intento del Papa León XIV de mantener la cohesión en la Conferencia Episcopal: Satué, próximo al bloque progresista pero con un estilo discreto, evita enfrentamientos y permite marcar distancias con decisiones más personalistas del pontificado anterior.