El arte del espeto no es tarea fácil. Requiere precisión, paciencia, cuidado y, por supuesto «la calidad de una buena sardina». Son palabras de Miguel León, espetero y encargado de las brasas en La Mar Bonita –chiringuito de Torremolinos–, precursor de que se haya convertido en un templo del sabor a orillas del Mediterráneo, acumulando premios, reconocimiento y una clientela fiel que valora en cada bocado el sabor auténtico de la Costa del Sol.
Recientemente, el chiringuito ha sido galardonado con un Solete Repsol, un distintivo que premia a los establecimientos con encanto y una oferta gastronómica de calidad. Pero los reconocimientos no terminan ahí. En septiembre, el equipo de La Mar Bonita viajará a Murcia para recoger una medalla de oro a nivel nacional, además de haber recibido el prestigioso Touch Blanc y un plato de oro, consolidando aún más su lugar en la élite culinaria de España.
Especializados en pescados a la brasa, su plato estrella —y favorito del público— es el boquerón a la brasa, acompañado de una salsa de elaboración propia conocida como la Salsa del Chef, cuyo secreto permanece guardado celosamente en la cocina.»Estamos muy contentos con nuestros clientes, que siempre vuelven», afirma Miguel con una sonrisa orgullosa.
La Mar Bonita es, en su totalidad, por una propuesta profundamente conectada con la tradición malagueña. Y mientras las brasas sigan ardiendo bajo la mano experta de Miguel León, el éxito de este chiringuito solo podrá seguir creciendo.