Tuberías olvidadas esperando ser útilmente enterradas para cumplir su cometido; montículos de arena y tierra, aquí y allá, deseando mezclarse con agua para, con su nuevo aspecto cubrir paredes desconchadas; y pequeños cráteres que una vez cubiertos serán áreas de esparcimiento de ese anunciado y prometido parque que circundará el faro de Marbella. Un pequeñito pulmón entre el Parque de la Constitución y el Paseo Marítimo.
Es un sueño que lleva camino de hacerse realidad. La antigua vivienda del farero y la oficina para gestionar su funcionamiento se transformarán en sede de Medio Ambiente y Aula del Mar.
¡¡Qué bonito, vive Dios!!
Desde hace meses que iniciaron las obras y más bien parece un desolado solar de Gaza. Un lugar maltratado por excavadoras, radiales y demás incómoda maquinaria que tanto enerva a los sufridos vecinos, que desde las ventanas de sus casas comprueban que la obra, no tira palante.
Tras una tregua estival se prometió continuar con los trabajos a partir del 15 de septiembre del año en curso…
Mas no desfallezcan los ánimos, estimados marbelleros, a final de año, el esbelto y pintoresco faro, ese que desde hace más de 160 años guía a los pescadores y demás navegantes noctámbulos, y su precioso jardín, serán una realidad.
¡¡O no!!