Este número bien podría hacer referencia a un teléfono de emergencia sanitaria, pero en realidad denota una terrible urgencia: SOS EDUCACIÓN PÚBLICA EN ANDALUCÍA.
112 es la cantidad de millones de euros a los que el Gobierno de Juanma Moreno ha renunciado procedentes del Ministerio de Educación del Gobierno de España para dar plazas públicas y gratuitas para guarderías a 12.000 niñas y niños en Andalucía. Terrible.
12.000 menores. 12.000 familias andaluzas.
Estos últimos días hemos conocido que el curso arranca en nuestra comunidad con 30 centros educativos sin profesoras suficientes y con un déficit en la atención especializada. También sabíamos que Andalucía cerraba seis centros educativos para el presente curso y que en la actualidad hay 2.600 aulas menos que hace cinco años.
La oposición, la comunidad educativa y las organizaciones sindicales han denunciado en el comienzo del presente curso escolar que seguimos sufriendo aulas con ratios demasiado elevadas, la falta de recursos materiales y humanos, y la deficiente aplicación de la Ley de Bioclimatización aprobada por el parlamento andaluz en 2020 que entró en vigor en julio de ese mismo año.
Este verano conocimos que la Junta de Andalucía volvía a subir los precios de los comedores escolares, que en el presente curso serán un 11% más caros y con precios un 19,2% más elevados respecto al año 2022, así como también se encarecen otros servicios esenciales como los de aula matinal y los servicios de actividades extraescolares.
Asimismo, como expuso recientemente la parlamentaria de Sumar y de Más País Andalucía, y profesora de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla, Esperanza Gómez Corona, el Partido Popular crea universidades privadas en nuestra comunidad, mientras su política económica y educativa trata de ahogar a la universidad pública, única garantía para que exista igualdad de oportunidades entre todas y todos los jóvenes andaluces.
Todos estos datos arrojan luz sobre cuál es la importancia que el PP otorga a la educación pública, al Estado de bienestar, a la igualdad social y a la conciliación familiar en Andalucía.
Juanma “el moderado” resulta que es en realidad, Juanma “el radical neoliberal”.
Pero claro, según los cánones de la estética clasista lo moderado siempre viste con traje y corbata y lleva en el rostro una gran y reluciente sonrisa. Nada que ver con el rostro muchas veces serio, adusto y levemente despeinado de, pongamos por ejemplo, las feministas.
La sonrisa reaccionaria deriva de la satisfacción del deber y del negocio cumplido. Y es que, queridas y queridos lectores, se están forrando a costa del presupuesto de las familias, de los derechos de las trabajadoras públicas andaluzas y de la igualdad de oportunidades y derechos educativos de nuestras niñas. Mientras conocíamos los datos del intencionado desmantelamiento progresivo de la educación pública en Andalucía, nos enteramos de que gente como Florentino Pérez tiene empresas de escuelas privadas infantiles en nuestra tierra. Con el dios y magnate del fútbol hemos topado. ¿Será casualidad que el Gobierno andaluz desviara hace un tiempo 5 millones de ayudas públicas para guarderías a las obras del estadio de la Cartuja que tuteló Rubiales?. Por supuesto que sí. Estos santos varones son incapaces de jugar con los derechos de nuestros niños. Yo soy futbolera. Del Estepona, del Málaga y del Madrid, y forofa empedernida de todos los equipos de fútbol y de la selección española femenina. Pero un gol, un minuto y resultado, y un balón, jamás nublarán ni comprarán mi capacidad de análisis y dignidad social con ningún nubarrón.
En este mundo actual y digital, en el que la doctrina Mister Wonderfull hace tanto daño transmitiendo que tú puedes cambiar este supuesto mundo naif solamente con un buen deseo mañanero, con el buen rollo, el positivismo general, relativizando acciones, ignorando y/o aceptando injusticias, sin posicionarse y cantando bajo la lluvia mientras llueven bombas en África y en Palestina, la sonrisa reaccionaria triunfante de gente como Moreno, nos gana por goleada. Ya nos lo advertía la sabiduría popular hecha carne a través de la figura de la gran tonadillera Isabel Pantoja, “dientes, dientes…”
La anestesia colectiva es, sin duda, la mejor cómplice para las políticas de la ultraderecha. Si no fuera por el indignado, por la feminista que defiende seriamente la vida de sus hermanas, por el sindicalista trabajando por los derechos de todos ofuscado, por el espíritu de Blas Infante, por el manifestante vociferando puño en alto, por el huelguista perdiendo el día de sueldo y enfrentándose al sistema con la razón y con el progreso de la mano.., los simpáticos gestores privados, queridas amigas y amigos, nos comerían. ¿De dónde cree mucha gente que salen los derechos humanos, sociales, educativos, sanitarios, laborales y económicos alcanzados? ¿Creen que crecen en los árboles?. Para que pueda existir una pizpireta e inconsciente persona vitamina, deben nacer, ejercer y jugarse la tranquilidad y a veces la vida, cuatro o cinco personas que sean hidrato y proteína.
Hay que actuar. No pueden jugar con la educación de los jóvenes de nuestros barrios. Las hijas de las trabajadoras sólo pudimos y podrán estudiar en igualdad de oportunidades con un sector público cuidado y fuerte en todos los niveles educativos. Que ningún alumno tenga que limitar sus expectativas por nacer en un barrio obrero; que ningún padre o madre tenga que sufrir la enorme tristeza e impotencia de ver cómo no puede costear el futuro educativo y la ilusión profesional de sus hijos.
Qué no pase desapercibido: El PP andaluz centra su debate político en la desigualdad retributiva y económica respecto a Cataluña mientras rechaza 112 millones de euros con el único objetivo de crear crispación entre territorios hermanos y para atacar al gobierno central. Aunque parezca mentira, como diría el mítico grupo musical andaluz “Papá Levante”, los del “buenrollismo” moderado crean de manera sistemática violencia estructural que tú no ves tras un bonito trampantojo, querido. Al rechazar millones de euros públicos del Ministerio y por lo tanto vender la educación de nuestros niños en Andalucía, quien trata a las andaluzas como ciudadanas de segunda clase con sus políticas de recortes y de desigualdad, y limita el sueño de nuestras jóvenes, no son los ciudadanos de otra comunidad: es el gobierno reaccionario de Juanma Moreno “el radical neoliberal”. Ahora vas otra vez, les ríes las gracias, relativizas la gravedad de sus actos, y, por supuesto, lo votas.