Manilva y su gente están preparados para hacer de este verano de 2025 uno inolvidable gracias a sus playas, reconocidas un año más con las Banderas Azules; sus grandes restaurantes y chiringuitos, sus paseos al atardecer y las rutas senderistas, cada vez más demandadas por el turismo que aterriza en la Costa del Sol.
Además, Manilva es uno de los lugares elegidos por el turista que quiere escapar un poco del bullicio y de la masificación que se da en nuestro país en algunas épocas del año. No obstante, en 2024, el turismo en Manilva subió un 18% como media anual, siendo julio y agosto los meses de más concentración turística. El número de establecimientos turísticos creció un 15%, pasando a tener un total de 17.109 plazas.
Cabe reivindicar que el resto del año también tenemos citas que no nos podemos perder: el Carnaval de Manilva, que se celebra durante tres días en febrero llenando las calles de alegría, color y chirigotas que animan el evento con divertidas letrillas sobre los acontecimientos públicos; la Semana Santa para conmemorar la Vida, Pasión y Muerte de Jesucristo a través de solemnes procesiones organizadas por las cofradías y hermandades locales, y la Romería en Honor a la Virgen de Fátima, que este año se celebró el fin de semana del 7 y 8 de junio y que comienza con una misa del peregrino en la Iglesia de Santa Ana, tras la cual vecinos y romeros acompañan a la Virgen en su traslado hasta la Ermita de San Adolfo, en los Baños de la Hedionda.
Pero el verano es una época especial en Manilva, llena de tradición, cultura y, sobre todo, fiestas. En esta estación se acumulan la mayoría de los eventos que sacan a los manilveños a las calles y en ONCESOLES queremos repasar la agenda para que no te pierdas ninguno de ellos.
- Noche de San Juan
Noche mágica y de embrujo, una de las más especiales del año, sin duda. Se celebra del 23 al 24 de junio, con la tradicional quema del júas en las playas de Sabinillas, que ilumina la noche más corta del año. A las doce de la noche, son muchas las personas que aprovechan para purificarse, lavándose los pies y la cara en el agua del mar, mientras piden tres deseos; los más atrevidos saltan la hoguera, otros arrojan al fuego las peticiones escritas en un papel o las cosas malas con las que quieren acabar. En definitiva, es una noche que ahuyenta los malos espíritus y ayuda a que el amor aparezca, y en Manilva cada año está ganando más adeptos.
- Día de la Virgen del Carmen
El 16 de julio es el día de la patrona de los pescadores, una fiesta de gran arraigo en las barriadas marineras del Castillo de la Duquesa y San Luis de Sabinillas. Al atardecer, las imágenes después de la misa marinera salen en procesión hasta la playa, son embarcadas y salen a la mar custodiadas por barcos de pesca, así como por embarcaciones deportivas en auténticas romerías marineras llenas de magia. Flores y sonidos de bocinas de barcos se entremezclan con los gritos de “guapa” a la Reina de los Mares.
- Día de Santa Ana
Cada 26 de julio, Manilva celebra su fiesta patronal en honor a Santa Ana. Una jornada festival en la que, desde por la mañana, las calles del pueblo se llenan de música con charangas y pasacalles que van poniendo color y ambiente en el municipio. Por la tarde se celebra una misa en honor a la Patrona, con la participación del Coro de la Escuela Municipal de Música, seguida de la procesión de Santa Ana por las principales calles junto a la Banda Municipal. La celebración culmina con música y baile hasta la madrugada.
- Día de San Luis de Sabinillas
En honor a su Patrón San Luis, la Barriada de Sabinillas celebra cada año sus fiestas el 25 de agosto. El mar se convierte en un escenario especial y magnífico en esta conmemoración local. Concursos deportivos, música y bailes invaden de alegría el pueblo durante estos días. El momento más esperado es la procesión de San Luis, que recorre las calles de la barriada acompañado de devotos y la Banda de Música. La música y otros espectáculos cierran una de las fiestas más esperadas del verano en Manilva.
- La Vendimia
La fiesta de la vendimia destaca por su singularidad en la Costa del Sol. El primer fin de semana de septiembre se celebra esta fiesta en el núcleo urbano de Manilva, coincidiendo con el final de la recogida de la uva. Desde 1983, la Feria de Día se incorporó a la Fiesta de la Vendimia. Lo característico de esta fiesta es la pisa de la uva para extraer el primer vino mosto del año, que seguidamente es ofrecido a visitantes y amigos para su degustación. Una jornada que subraya el orgullo vitivinícola de Manilva.
Sin duda, la Vendimia es la celebración más especial de Manilva. Desde el 22 de julio de 2004, es fiesta de singularidad turística provincial aprobada por Pleno de la Diputación de Málaga. Hay que remontarse al siglo XVI, cuando las lomas de viñedos comenzaron a dar carácter al municipio. Rodeado por un hermoso viñedo de uvas moscatel, Manilva se encuentra en el punto de unión entre la Costa del Sol y el Campo de Gibraltar, en una encantadora área de acantilados llamada Punta Chullera.
Coincidiendo con el final de la recogida de la uva, la Vendimia es una razón más para visitar esta tierra tan maravillosa. La fiesta comienza temprano: a primeras horas de la mañana se celebra una misa rociera. Al atardecer se realiza el paseo de los participantes en la doma vaquera. Posteriormente, se procesiona la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, acompañada de las jóvenes del pueblo ataviadas con el traje de aldeana, para que proteja los viñedos y derrame su bendición sobre los campos de Manilva. Tras la procesión tiene lugar uno de los momentos con más significado, se trata de la popular ofrenda de los mejores racimos a la virgen y la posterior pisa de la uva para extraer el primer vino mosto de la temporada.
Se trata de una tradición y un arte, el de transformar la uva en mosto, un trabajo que tiene unos secretos heredados de padres a hijos. Un vecino se sube cada año para pisar este fruto de la tierra, previamente esparcido en una amplia superficie. Con esta operación se rompen los hollejos para que salga el mosto, al mismo tiempo que se provoca la siembra de las levaduras existentes en la piel de la uva. Es la forma clásica, se pisa durante horas sobre una superficie cuadrada delimitada por un borde saliente, y una leve inclinación hacia el punto central de uno de los lados. Por ahí es por donde el mosto escurrirá hacia un depósito de obra con forma de pozo, en un nivel inferior, a la zona de pisa. Una costumbre antigua que se ha convertido en uno de los pilares culturales de Manilva y que atrae a miles de visitantes cada año para probar este manjar, que, como mandan los cánones, trae consigo una fiesta de singularidad turística provincial.