Antes del ‘boom’ turístico en la Costa del Sol, lo que ahora llamamos tradiciones eran formas de vida, trabajos humildes con los que la gente salía adelante. El campo y el mar mandaban entonces. El protagonista de este reportaje de ONCESOLES, bolichero de pura cepa, empezó a montar en una barca con tan solo seis años. Cuenta que se levantaba tan temprano para faenar que se quedaba dormido en la escuela, la cual tuvo que abandonar con 15 años. Eleuterio Pedro Hernández es una de las personas que mejor conoce la tirada del copo en Los Boliches. Forma parte de la Peña Recreativa Bolichera desde sus inicios, allá por 1984.
Dos recreaciones al año y devolviendo al mar las especies capturadas
La tirada del copo es un arte de pesca que practicaban los marineros de Los Boliches hasta bien entrado el pasado siglo. Desde hace unos años y debido a las restricciones de las autoridades pesqueras, ya no está permitido. Sin embargo, la nostalgia que provoca esta tradición en la zona movió al Ayuntamiento de Fuengirola para comenzar a organizar la recreación, de forma anual, en el año 1995 con motivo de la Feria en honor a la Patrona de la Barriada, Nuestra Señora del Carmen, así como en el día de la Asunción, el 15 de agosto. Para poder celebrar estas dos citas, es necesaria una autorización especial de la Junta de Andalucía, que debe dar el visto bueno con la condición de devolver al mar todas las especies que resulten capturadas.
“Nos levantábamos todos los días a las 5 de la mañana. Se hace faena en la patera, cuando está hecha se mete la beta. Lo último es el copo y vamos para el fondo. Vamos calando desde un lado, echamos el copo y, al volver, empezamos a tirar, se va juntando la red hasta que vemos la pesca”, empieza diciendo sobre el funcionamiento de la tirada del copo Pedro, que reconoce que es más fácil de entender viéndolo que explicándolo. 82 años tiene a sus espaldas, pero no le pesan para completar esta tarea y ayudar a los más jóvenes. “La vida nuestra era el copo aquí y el campo en el otro lado. Cogíamos el pescado e íbamos a cambiarlo por patatas, tomates, pimientos… Había que romper el copo por detrás de la cantidad de boquerones y jureles que cogíamos”, recuerda.
Con 15 años dejó la escuela y la barca, pero mantenía sus raíces marineras. Tuvo que cambiarlo para ponerse a trabajar en su carpintería del barrio, donde estuvo 50 años. “Soy bolichero nato, nací en la calle Poeta Rueda en 1943. Me crie de chiquitillo en La Carihuela, luego volví junto a mis hermanos, somos cuatro. Los Boliches ha sido mi vida”, dice Pedro, que tiene dos hijas y que señala que uno de los peores momentos de su vida sucedió con la muerte de su hijo, con apenas tres años, por una meningitis.
“La tirada del copo era una forma de vida, ahora es un modo de distracción”
En esta entrevista con ONCESOLES en la misma playa de Los Boliches, Pedro incide en que “el copo era un modo de vida” y que ahora se ha vuelto “un modo de distracción”. Haciendo memoria, recuerda con algo de pena cómo era la vida antes, aunque admite que los tiempos han cambiado y se muestra feliz porque se siga respetando una tradición tan importante para toda la ciudad de Fuengirola. Antiguamente, los pescadores iban a las tiendas con el pescado capturado y lo intercambiaban por otros productos: patatas, tomates, pimientos… “Si no cogías pescado, en la tienda no te daban nada. Antes, cuando había levante y no se podía pescar, decíamos: ‘Levante, al que le deba que aguante’. Era a las tiendas, que no le podíamos pagar. Yo cogía el pescado y me iba por las calles a venderlo”, narra Pedro.
Acompañado por otros marineros de entonces, fue uno de los fundadores de la Peña Recreativa Bolichera, fundada en 1984. Su actual presidente, Juan Blanca, también nos acompaña en esta entrevista. Afirma que esta asociación comenzó como el resto de peñas, con “gente valiente”. “En Los Boliches, como Pedro, toda la gente de su generación hizo la peña con sus manos en el año 1984, cuando el recinto ferial de Fuengirola se instaló en un sitio fijo”, añade Juan, que aclara que la peña no solo vive de la feria. “Todos los bolicheros son socios de la Peña Bolichera. Nosotros nos dedicamos a mantener el arraigo de la gente de aquí, por eso la Tirada del Copo es un punto especial e importantísimo”, subraya.
Diferentes generaciones, mismo amor por las tradiciones
Les separan varias generaciones, pero ambos llevan tatuado en el alma lo que significa la tirada del copo: “Luchamos porque la tirada no se pierda, aunque sea de modo eventual y por enseñar cómo vivían los bolicheros. Es una tradición que no se puede perder”. Y la mejor noticia para la Peña Recreativa Bolichera es que los jóvenes vienen apretando con fuerza. Juan cuenta con orgullo que a su hija, que tiene 12 años, le encanta la tradición y siempre va a acompañarle: “Su abuelo, mi padre, era marinero y tiraba el copo como Pedro, todos los días. Esa raíz no se puede perder en Los Boliches, saber de dónde venimos para saber a dónde vamos”.
“La Peña está magnífica”, reconoce Juan, feliz por ver que cada vez hay más socios. En la última recreación, “había muchos socios nuevos que no habían visto de cerca esta tradición”. “Cada vez somos más, somos casi 150 socios de gente joven, porque a los abuelos los dejamos como fundadores y no queremos que trabajen en la caseta, solo ayudándonos en las tradiciones como antiguamente”, zanja.
En el varadero de Los Boliches se encuentra la barca de la Peña Recreativa Bolichera, que tiene unos cuatro años. “Tengo que agradecer al teniente de alcalde de entonces, Pedro Cuevas, que fue el que financió la patera para que no nos costara dinero”, comenta el presidente de la peña, que explica que la patera sale “dos veces al año”. “Es una pena que esté aquí y se ensucie, porque la gente no la trata bien…”, lamenta, aunque todos los años le hacen un arreglo importante y una limpieza en condiciones para que esté impoluta los dos días en los que la tirada del copo vuelve a ser protagonista en Los Boliches.
Otro de los grandes eventos que la Peña Recreativa Bolichera celebra todos los años es la Vuelta Ciclista ‘Por Tapas’, que se realiza con motivo de la Feria del Carmen de Los Boliches. Esta vuelta recorre las calles de Los Boliches, haciendo paradas en bares y chiringuitos de la zona, que colaboran con la organización aportando una tapa y un refrigerio a todos los participantes. Sobre iniciativas como esta, Juan Blanca apunta: “La idea es que Los Boliches, aunque yo siempre digo que somos una gran ciudad, no pierda lo de barrio, que es donde está la esencia”.
Volviendo a la tirada del copo, el veterano Pedro recordó algunos de los mejores momentos que ha vivido sobre una barca. “Una vez cogimos 150 cajas de melva. Entonces, el copo se rompió y la mitad se nos escapó. Eran melvas de 50 centímetros de largo. Fue un gran día y pudimos hacer un buen dinero”, recuerda. Algunas mañanas de invierno estaba tan helada el agua que los dedos se le quedaban tiesos y, para combatir ese frío, tenían que orinar en sus manos. Hoy día sería difícil imaginar esa situación, pero para Pedro “es una anécdota muy bonita”. Para finalizar, quiso acordarse con cariño de todas las personas con las que compartió esos momentos tan importantes a lo largo de su vida y aprovechó para animar a todo el mundo, ya sea procedente de la Costa del Sol o turistas de fuera de Málaga, a que conozcan este arte pesquero. “A la gente que no conozca la tirada del copo le diría que venga un día. Que vengan el 15 de julio o el 15 de agosto y, a partir de ahí, vendrán siempre. Eso es digno de ver”, concluye Pedro.
Todos los veranos, la orilla de Los Boliches se llena de voces, redes y memoria ante cientos de visitantes y espectadores que quieren disfrutar de este antiguo oficio. Se ha convertido en una recreación, pero la tirada del copo es más que eso, es una ceremonia que une las raíces fuengiroleñas y bolicheras del pasado con las del presente. Lo que antaño fue supervivencia, hoy es cultura viva, gracias al esfuerzo de vecinos y asociaciones como la Peña Recreativa Bolichera, que se niegan a abandonar un pedacito de la historia marinera de un pueblo que no olvida de dónde viene.
