La seguridad alimentaria vuelve a situarse en el centro de la preocupación doméstica. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha emitido una alerta tras detectar la presencia de Listeria monocytogenes en varios productos cárnicos envasados y refrigerados. El aviso comenzó el 14 de noviembre, cuando Andalucía notificó la contaminación de un lote del “Chóped lata finas lonchas” de la marca Nuestra Alacena, comercializado en supermercados Dia. Sin embargo, la advertencia se ha ampliado al confirmarse que otros embutidos producidos por el mismo fabricante también podrían estar afectados.
Entre los artículos señalados se encuentran pavo trufado con pistachos (marca Serrano), mortadela de pavo —con y sin aceitunas—, chóped de pavo, maxi pavo y maxi york, todos ellos en formato loncheado y conservados en frío. La AESAN ha ordenado su retirada inmediata de los canales de venta y pide a los consumidores que revisen sus frigoríficos y se abstengan de consumir cualquiera de los lotes implicados. La distribución de estos productos alcanza a Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Comunidad de Madrid, País Vasco y Comunidad Valenciana, aunque no se descarta redistribución a otras comunidades.
La agencia recuerda que los síntomas compatibles con la listeriosis incluyen fiebre, vómitos y diarrea. En caso de haber ingerido alguno de los productos retirados y presentar esta sintomatología, los ciudadanos deben acudir sin demora a un centro sanitario. La infección por Listeria monocytogenes puede resultar especialmente peligrosa para embarazadas, personas mayores y pacientes con sistemas inmunitarios debilitados, por lo que se recomienda extremar las medidas de precaución y vigilancia.
Más allá de la dimensión técnica, este episodio evidencia la fragilidad de la cadena alimentaria incluso en productos que, en apariencia, inspiran confianza por su conservación en frío y su envasado. La AESAN apela a la responsabilidad ciudadana: comprobar etiquetas, verificar los números de lote y actuar con prudencia. En tiempos en los que la seguridad depende de códigos impresos en el plástico, la prevención se convierte en la herramienta más eficaz.














