Los vecinos de La Sierrezuela llevan 15 años denunciando un «ruido constante» que la autopista AP-7 genera muy cerca de sus casas por el constante tráfico. Ahora, la situación se ha agravado, cuenta Javier Díaz, que lo sufre a su diario junto a su familia, debido al cambio de asfalto que se ha llevado a cabo.
«Es un ruido constante que afecta al estrés y a nuestra calidad de vida. Eso cansa», señala Javier en declaraciones a AZ Costa del Sol, donde afirma que la mayoría de los vecinos realizaron un escrito al Ministerio de Transportes para obtener alguna respuesta al respecto: «Nos dijeron que era una autopista de peaje con una concesión, una empresa privada. Nadie se hace responsable».
AZ ha intentado conocer la versión oficial por parte de la empresa concesionaria, pero no ha recibido respuesta. «Parece que el Gobierno toma ahora las riendas de la autopista, pero el mantenimiento lo lleva la empresa concesionaria todavía», indica Javier.
«Una obra de este tipo de poner paneles acústicos o un asfalto nuevo no queda claro si es una obra o mantenimiento», continúa este vecino de La Sierrezuela, en Mijas. «No queda especificado en la ley quién lo paga», añade. El apoyo a esta iniciativa por parte del vecindario es casi unánime, pues denuncian que ese zumbido del tráfico hasta entra en sus casas y no les permite realizar «una vida normal».
Hace años ya se presentó una moción en el Ayuntamiento de Mijas, propuesta por el Partido Popular, que pedía soluciones, como la instalaciones de pantallas acústicas en los tramos más próximos a las viviendas. 15 años después, no hay visos de que el problema se vaya a arreglar en un medio plazo y piden apoyo a través de este enlace petición de change.org.
El siguiente paso, afirma Javier a AZ Costa del Sol, «es solicitar una medición técnica, que venga alguien a comprobar que no es una cosa subjetiva, que son los valores por encima de lo aceptable». Dice que tienen pensado hacer la medición en las próximas semanas. «Y con esos valores, hablar con las autoridades y decirles que esto no se puede tolerar», concluye Javier en representación de los vecinos de La Sierrezuela, que no aguantan más el ruido de la AP-7.