Puerto Banús es la mayor concentración de locales comerciales de lujo en España. Solo lo supera la Milla de Oro de Madrid. Hasta 100 firmas con las boutiques de moda más cotizadas internacionalmente a lo largo de los dos kilómetros de extensión del Puerto lo certifican. Una imagen internacional consolidada durante más de cincuenta años.
Sin embargo, pocos conocen una de las curiosidades más llamativas de este lugar emblemático no solo de Marbella, sino de toda la Costa del Sol. Mas allá del lujo, la inspiración para diseñarlo nació de la mano de uno de los pueblos de la comarca: Casares.
Así, aunque inicialmente el proyecto de José Banús contemplaba la construcción de seis rascacielos de 16 plantas, el prestigioso arquitecto Noldi Schreck le convenció de apostar por un diseño más tradicional, basado en la estética de los pueblos blancos andaluces y el estilo neopopular andaluz, con edificaciones más bajas simulando las calles del pueblo blanco de Casares.
Finalmente, Banús aprobó los nuevos diseños y en mayo de 1970, Puerto Banús abrió sus puertas con su aire mediterráneo, lujosas avenidas y jardines bañados por el mar. La inauguración fue todo un acontecimiento, con más de 1.500 invitados, entre ellos la Casa Real española, Rainiero y Gracia de Mónaco y un jovencísimo Julio Iglesias que puso el broche musical a la noche.
Con el paso de los años, el puerto se convirtió en un centro de referencia del lujo y el ocio exclusivo , atrayendo a firmas de prestigio así como a celebridades y personalidades de la aristocracia y el mundo del espectáculo. Por sus calles han paseado miembros de la realeza, artistas como Prince y estrellas del cine como Sean Connery, consolidando su imagen de destino internacional de élite.
Hoy, Puerto Banús sigue siendo un símbolo de la exclusividad en la Costa del Sol, con una historia que pocos conocen y una influencia que, lejos de los rascacielos planeados en sus inicios, se encuentra en la esencia de un pequeño pueblo blanco andaluz: Casares.