Hace dos años, Natalia Fischer, una de las figuras más destacadas del ciclismo nacional, se vio obligada a detener su carrera. Una fractura limpia en la vértebra L1 la apartó de la competición en lo que sería la lesión más dura de toda su trayectoria. El diagnóstico era claro y nada esperanzador: reposo absoluto durante al menos seis o siete meses.
No obstante, contra todo pronóstico, algo cambió el rumbo de su recuperación. En apenas un mes, Natalia estaba lista para volver a subirse a su mountain bike.
La clave de esta sorprendente evolución se encuentra en el Centro Hiperbárico de Estepona, un centro pionero en terapias de oxigenación que está revolucionando el tratamiento de lesiones deportivas. Gracias a un enfoque innovador y personalizado, la clínica logró acelerar el proceso de regeneración y devolverle a Fischer lo que más ama: la velocidad, la montaña y la competición.
Su historia no solo habla de superación, sino también del poder de la medicina hiperbárica. Once años lleva el Centro Hiperbárico de Estepona mejorando la calidad de vida de sus pacientes en un lugar envidiable de la ciudad, en Avenida de España, 242.
«Gracias a la cámara hiperbárica me pude recuperar, no solo por su tecnología sino también por su gran equipo multidisciplinar», asegura con firmeza Fischer. Así, añade que aunque se presenta como «el mejor acompañante» de un deportista, esta medicina ayuda a mejorar el estado de salud «de cualquier persona».
Acompañamiento médico antes de cada sesión
Desde la clínica insisten en visibilizar que la cámara hiperbárica atiende a un tipo de medicina. Y, como toda especialidad, cuenta con un médico enfocado a ello. Rafael Sánchez es el encargado de acompañar a cada paciente antes de la sesión, ofreciendo siempre una atención especializada.
«Es un tratamiento de oxigenoterapia hiperbárica. Administramos al paciente oxígeno puro a una presión muy elevada. Necesitamos un aparato, que es la cámara hiperbárica, para usar el oxígeno puro como un medicamento. De esta manera, el oxígeno transforma su naturaleza y se constituye en un medicamento, y tiene efectos terapéuticos. De modo que respiramos ese oxígeno en esa presión tan elevada, llega a nuestro cuerpo, se distribuye por todo el organismo y ahí tiene sus diferentes efectos», señala el doctor especializado de la clínica, Rafael Sánchez.
Esta terapia conlleva beneficios para el bienestar, la concentración, el estrés y mejoras en patologías neurológicas, fibromialgia, rendimiento deportivo y prevención de lesiones. «Tras probar nuestro tratamiento en la cámara hiperbárica, te sentirás rejuvenecido y lleno de energía. Notarás mejoras en tu sueño, mayor relajación y un descanso profundo desde la primera sesión», puntualiza el doctor Sánchez.