El Castillo de San Luis cumple su primer año de apertura como centro expositivo municipal con más de 34.500 visitas. Tras las obras de excavación y recuperación realizadas por el Ayuntamiento, esta fortaleza del siglo XVI reconvertida ahora en museo ha captado la atención de vecinos y visitantes, que valoran la calidad de la intervención y la importancia de este espacio para ahondar conocimientos en la historia de la ciudad.
El Castillo de San Luis ha sido objeto en los últimos años de una ambiciosa actuación para la conservación y recuperación de esta fortaleza costera construida en el último cuarto del siglo XVI y cuyos restos se encuentran en el centro histórico de la ciudad. La intervención ha permitido la puesta en valor de estos restos que han permanecido sin uso desde hace casi cien años.
El objetivo de la intervención por la que en su día apostó el Consistorio ha sido recuperar este enclave que ha permanecido oculto, y convertirlo en un espacio expositivo en el que se puede conocer una importante parte de la historia de Estepona. Además de recorrer la instalación, el visitante puede conocer de primera mano algunas de las piezas arqueológicas de distintas épocas que se han obtenido en las excavaciones realizadas durante las obras. Así se pueden encontrar munición de artillería, objetos religiosos, cerámica o un antiguo refugio de la Guerra Civil Española.
La cifra de visitas registradas durante este primer año de apertura es significativa del interés por este bien patrimonial de carácter histórico, especialmente considerando su reciente puesta en valor y su integración en rutas culturales del municipio.
El perfil de visitantes incluye turistas nacionales e internacionales, así como residentes locales interesados en el patrimonio histórico. Además, el centro desarrolla una importante labor didáctica para los más jóvenes, y en este año ha recibido a grupos de estudiantes de centros educativos de la ciudad.
El concejal adscrito al área de Patrimonio Histórico, Daniel García, ha destacado que estas cifras de visitas evidencian “el creciente interés por los recursos históricos de Estepona que se viene registrando en la ciudad, y una consolidación del castillo como parte de la identidad cultural y turística del municipio”. Asimismo subraya su “potencial para ampliar actividades interpretativas, eventos culturales y difusión educativa”.
El proyecto de recuperación y puesta en valor del Castillo de San Luis se desarrolló por fases, siendo necesaria en primer lugar la adquisición, por parte del Ayuntamiento, de las viviendas que se encontraban anexas y que mantenían ocultos los restos. Posteriormente, y tras el acondicionamiento de todo el entorno, se inició un minucioso trabajo con técnica arqueológica para la limpieza, conservación, estabilización y consolidación de los restos existentes, así como la eliminación de los elementos vegetales adosados a la estructura.
El recinto dispone de una pasarela que facilita a los visitantes recorrer el interior del castillo y contemplar los restos de las distintas fases históricas del edificio que han ido apareciendo durante los movimientos de tierra y excavaciones arqueológicas realizadas. Igualmente se han instalado paneles y elementos audiovisuales didácticos para ayudar en la interpretación del entorno.
Valor histórico
Esta actuación en el Castillo de San Luis tiene un enorme valor, dado que se da a conocer un periodo de varios siglos de la historia de Estepona mediante la visita al monumento, ofreciendo a la sociedad un espacio lleno de historia que contiene suelos del siglo XVI, muros del XVIII, e incluso piezas más antiguas.
El Castillo de San Luis de Estepona es una fortaleza costera construida en el último cuarto de siglo XVI, en el marco de la reorganización de la defensa de la costa occidental malagueña tras la rebelión morisca de 1568. Su propósito original fue reforzar el frente sur de las murallas de origen islámico, dominando el fondeadero natural de la playa de La Rada. Sus elementos más destacados eran tres baluartes artilleros y una gran plaza de armas porticada con varios cuarteles.
A mediados del siglo XVIII, parte del Castillo de San Luis sufrió una importante transformación y se reestructuró como batería cañonera. Tras los daños causados por el terremoto de Lisboa, en 1755, y las voladuras provocadas por los franceses, en 1812, gran parte del castillo se abandonó y cayó en ruina, sobreviviendo solamente la batería cañonera, que se incorporó como patio a una vivienda construida a finales del siglo XIX.














