El humor de Antonio Mingote vuelve a latir entre órdagos, faroles y miradas cómplices. La exposición “El Mus de Mingote: Humor, ingenio y humanidad”, organizada por la Fundación Antonio Mingote en colaboración con GILMAR, ha devuelto al público, durante unos días, una de las facetas más entrañables del maestro: su fascinación por el mus, ese juego de cartas tan español como la ironía que impregnaba sus viñetas.
Del 27 al 31 de octubre, la inmobiliaria GILMAR convirtió el Riyadh Air Metropolitano de Madrid en un pequeño templo al mus. Allí, entre barajas ilustradas, caricaturas inéditas y bocetos que destilan genialidad, Mingote volvió a sentarse —en espíritu— a la mesa de los jugadores. La muestra, que reunió casi noventa obras originales, algunas de ellas nunca antes expuestas al público, ha sido un acontecimiento único que permitió redescubrir el talento, la ternura y la mirada lúcida de uno de los grandes cronistas del siglo XX.
En las salas se respiraba el espíritu de Mingote. El visitante podía apreciar cómo el artista transformó un simple juego de cartas en una metáfora de la inteligencia, la convivencia y la amistad. En sus dibujos, el gesto contenido antes de un órdago o la complicidad silenciosa entre compañeros se convierten en una radiografía del alma española. Con su trazo elegante y su humor sin estridencias, el maestro supo convertir lo cotidiano en arte y lo trivial en reflexión.
Una de las joyas de la exposición fue la baraja de mus diseñada por el propio Mingote. Cada carta, una pequeña obra de arte, combina ironía, elegancia y observación con la maestría de su autor. El público se detenía ante los detalles: los reyes pícaros, los ases distraídos, los oros que sonríen. Todo en su universo respira vida, ingenio y humanidad. La muestra dedicó también un espacio a los bocetos y dibujos preparatorios, donde la frescura del trazo revela la espontaneidad del genio. De particular interés resultaron sus ilustraciones para manuales y tratados del mus, en los que plasmó con humor y precisión las reglas de este juego, ayudando a codificar un lenguaje compartido por miles de aficionados.
En paralelo, el XIII Campeonato de Mus Solidario GILMAR llenó de ambiente el recinto durante cuatro intensos días de partidas, en las que participaron más de doscientas treinta parejas. El torneo culminó con una cena de gala y entrega de premios, una velada que sirvió para celebrar la recaudación récord de 11.500 euros, destinados íntegramente a la Fundación Antonio Mingote.

Gracias a la iniciativa de GILMAR, el arte, la cultura y la solidaridad se han dado la mano en un homenaje que va más allá de la nostalgia. La inmobiliaria, que desde hace años impulsa este campeonato solidario, ha convertido el evento en una cita imprescindible donde tradición, compromiso social y cultura se entrelazan. Este año, el tributo al creador madrileño ha servido también para recordar los valores que él representó: ingenio, amistad y generosidad.
Antonio Mingote, miembro de la Real Academia Española, caricaturista, escritor y cronista de su tiempo, dibujó durante más de seis décadas el pulso de la sociedad española desde las páginas de ABC. Su mirada —siempre irónica, siempre humana— sigue siendo un espejo fiel del país que retrató. En sus viñetas, como en el mus, la vida se juega a base de intuición, inteligencia y sentido del humor.
Con esta exposición, Mingote vuelve a repartir cartas. Y una vez más, como en sus mejores tiempos, gana la partida con la mejor jugada posible: la de hacer pensar y sonreír al mismo tiempo.













