«Es la primera vez que tengo noticia de esta especie en Málaga». Son las palabras de Jesús Bellido, asesor científico de la Fundación Aula del Mar, tras la aparición del famoso ‘dragón azul’ en el litoral malagueño. La realidad es que su presencia el pasado 16 de agosto en la playa del Bombo de Mijas ha encendido las alarmas entre científicos y autoridades en la provincia de Málaga.
No es una especie habitual en el Mediterráneo, y mucho menos en la Costa del Sol, ya que se trata de una especie propia del Atlántico. El hallazgo, aunque aislado, no es anecdótico. Se trata de una especie que, según Bellido, podría estar entrando en nuestras aguas por el calentamiento progresivo del mar y los vientos del oeste que han marcado esta primavera y verano. “Estamos viendo animales que antes llegaban y morían, y ahora se quedan. Es un escenario nuevo”, advierte.
Y la gran pregunta: ¿Es peligroso? Depende de lo que haya comido
El dragón azul no produce veneno por sí mismo, pero lo acumula al alimentarse de otras especies como la carabela portuguesa. “Su peligrosidad depende de su dieta”, explica Bellido. Por eso, cuando aparece, los socorristas activan protocolos de vigilancia. Si hay más de un ejemplar, se iza la bandera roja. Si es solo uno, se mantiene la alerta y se peina la playa.
En Mijas, el «protocolo fue el acertado». Trabajando conjuntamente, la delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento, la coordinación de las playas y el Aula del Mar, se decidió no cerrar la playa. La decisión se tomó al considerarse como «un caso aislado», pues era la única especie avistada en el litoral mijeño. Afortunadamente, la aparición de este ‘dragón azul’ no supuso riesgo para los bañistas, al no registrarse picaduras ni otros incidentes.
Era agosto, y poner bandera roja en una playa llena «podría generar confusión», reconoce Bellido. Pero insiste: “Más vale prevenir que curar”.
Tropicalización del Mediterráneo
La presencia del dragón azul no es un hecho aislado. En primavera ya se detectaron carabelas portuguesas. Ahora, en verano, este nuevo visitante aparece. “Estamos ante un fenómeno de tropicalización. El mar se está calentando, llegan nuevas especies de zonas más cálidas y especies que antes no sobrevivían, ahora se quedan», explica el asesor del Aula del Mar.
Y ello tiene consecuencias. «Los ecosistemas están cambiando. Como usuarios, tenemos que adaptarnos», afirma. Las playas no son solo arena y sol. Son escenarios dinámicos, donde la vigilancia y el conocimiento son clave.
La investigación, la única vía
Bellido lo tiene claro: “No hay soluciones mágicas. Solo podemos favorecer la investigación”. Desde el Aula del Mar ya se ha incluido al dragón azul en los programas de formación. “Hay que saber cómo se comporta, cómo se mueve, y qué riesgos implica”.
La misma lógica se aplica a otro fenómeno que preocupa: la invasión de algas. Una problemática que se ha puesto este verano sobre la mesa en una reunión de los alcaldes de la Costa del Sol, así como autoridades competentes de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol y otras del Campo de Gibraltar.
Municipios como Estepona y Marbella son algunos de los más afectados y, durante estos meses, invierten recursos humanos y económicos para mantener las playas limpias. Pero el problema va más allá. “Las algas llenan las redes de pesca y afectan a la biodiversidad. No tenemos capacidad de gestión suficiente”, lamenta Bellido.
Por ello, insiste: «Necesitamos trabajar todos en la misma línea. Que se investigue, los ayuntamientos no pueden asumir estos altos costes».
Reunión en Marbella sobre el alga asiática
En la misma línea, alcaldes de la Costa del Sol reivindicaban el pasado mes de julio al Gobierno central que tomase carta del asunto. La alcaldesa de Marbella, municipio donde se han recogido en los primeros seis meses del año hasta 4.500 toneladas de algas, realizaba como portavoz la siguiente reclamación: “No tenemos respaldo científico ni técnico del Ministerio de Transición Ecológica, ni una sola partida presupuestaria y el esfuerzo que realizan los municipios, con operarios, maquinaria y traslados a vertederos, es inasumible».
Los alcaldes exigían así «soluciones reales» y «concretas» para un problema que ya afecta, aseguraban, a la imagen turística, biodiversidad y sector pesquero.
“Vamos a trabajar de manera unida para exigirles soluciones al ministerio, y también lo haremos en nuestros propios ayuntamientos para tener el respaldo unánime de todos los grupos políticos, además de seguir insistiendo a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)”.