Rodeado de montañas exuberantes, enormes masas de pinos, encinas y alcornoques, caudalosos ríos, Benahavís es hoy el más importante pulmón verde de la Costa del Sol.
Casi el 90% de su término municipal está compuesto de sierras y frondoso bosque mediterráneo y dos terceras partes de ese territorio está protegido por su alto valor ecológico y medioambiental. Para aquellos que no lo sepan, Benahavís es la puerta de entrada al recién nombrado Parque Nacional Sierra de las Nieves, un paraíso de montaña venerado por la diversidad de su vegetación con hasta 1.500 tipos de plantas entre las que destaca el pinsapo, un abeto mediterráneo reliquia de la época glaciar. Además, también forma parte del proyecto de la Gran Senda de Málaga, un recorrido de 739 Kilómetros que atraviesa toda la provincia.
Para disfrutar del ecosistema de Benahavís, de sus frondosos bosques, valles y barrancos escarpados, pero también de su rica vida animal –en la que abundan cabras montesas, corzos, águilas, buitres o halcones-, la localidad dispone de una bien conservada red de senderos, muchos de ellos de dificultad moderada, perfectos para pasear con toda la familia, ya sea a pie, a caballo o en bicicleta.
Es el caso del sendero de las Acequias, una ruta de 4,32 kilómetros y escasa dificultad. Su recorrido circular toma el nombre de una legendaria acequia construida hace más de diez siglos para encauzar parte de las aguas del río Guadalmina. Quienes opten por esta ruta podrán seguir el camino del agua y atravesar por un bonito puente de madera uno de los monumentos naturales más destacados de Benahavís, el Cañón de las Angosturas. El recorrido a lo largo de la acequia dispone además de diversos puntos para el descanso y el recreo con mesas de picnic donde parar a comer. La ruta parte de la explanada de la Ermita, a dos kilómetros de Benahavís, donde existe una amplia zona de aparcamiento.
Otros de los senderos destacados es el que nos lleva hasta el Castillo de Montemayor, una singular fortaleza donde hoy se pueden divisar hasta cien kilómetros de la costa malagueña e incluso, en los días claros, de la costa africana. A pesar de ser una ruta en ascensión, su dificultad es moderada. Al igual que la anterior, se trata también de un recorrido circular de 6,5 kilómetros. Parte desde el mismo casco urbano y culmina a unos 579 metros de altitud, punto donde se alzan los restos de este famoso castillo de origen árabe –su nombre se deriva de la construcción “Hisn Munt Mayur”, que significa “fuerte castillo”-, cuya ubicación lo convirtió en un punto estratégico en la defensa de la costa frente a los ataques corsarios y contra el avance de los reyes cristianos.
Para los más pequeños una de las rutas más elegidas en Benahavís es el sendero de las Libélulas, una ruta sencilla –apenas 3,5 kilómetros-, que recorre la ribera del rio y rodea la Presa del Guadalmina, lugar donde habitan las libélulas de Benahavís. Numerosos paneles informativos a lo largo del camino permiten descubrir en profundidad la vida de estos bellos insectos. Además del río, los paisajes y las libélulas, quienes se adentren en este sendero hallarán también destacados vestigios históricos como el antiguo horno de cal.
A estas tres interesantes rutas, se suma una última, popular entre los más aventureros. Se trata de las Angosturas del río Guadalmina, una singular ruta acuática a través de la garganta rocosa del río. Un total de 4,5 kilómetros de descenso a través de distintos cañones, saltos de agua y pozas, la más conocida es el Charco de las Mozas, una poza profunda declarada “Monumento Natural”. Los aficionados al barranquismo y al turismo de aventuras encontrarán aquí la actividad perfecta. De hecho la ruta de las Angosturas está considerada una de las cinco rutas de agua dulce más visitadas de Málaga. Eso sí, se recomienda llevar traje de neopreno y calzado adecuado y, si es posible, casco protector.
