La calma de las últimas semanas de agosto se ha visto interrumpida en la playa de Santa Bárbara, en La Línea de la Concepción (Cádiz). Fue el pasado 17 de agosto cuando varios bañistas descubrieron una criatura marina tan espectacular como inquietante: el dragón azul, científicamente conocido como Glaucus atlanticus. Lo que parecía un domingo cualquiera de playa se convirtió en una alerta biológica que ha obligado al cierre de playas en distintos puntos de toda España.
El Ayuntamiento reabre al baño la playa de Santa Bárbara con bandera amarilla de precaución tras comprobar la desaparición del “dragón azul”. En caso de detectar algún ejemplar, no los toquen y avisen a los servicios de Salvamento y Socorrismo
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— Ayuntamiento de La Línea de la Concepción (@Ayto_LaLinea) August 18, 2025
Este pequeño molusco, de apenas 3 a 4 centímetros, ha reaparecido en las costas españolas tras más de tres siglos de ausencia. Su primer avistamiento reciente tuvo lugar en las aguas de Mallorca. Seguidamente, se ha sumado casos que se han extendido por el litoral mediterráneo y las islas: Cádiz, Valencia, Lanzarote y Alicante han sido algunos de los escenarios donde se ha izado la bandera roja por precaución.
Y, la gran pregunta, ¿es venenoso? Lo cierto es que pese a que su aspecto es fascinante -con tonos azul eléctrico y plateado que lo hacen parecer una joya flotante-, sí es peligroso. Se alimenta de medusas urticantes como la carabela portuguesa, y tiene la capacidad de almacenar y potenciar su veneno.
Aunque su veneno no es un peligro directo para los seres humanos, es necesario evitar el contacto. El dragón azul inyecta el veneno al entrar en contacto y puede causar reacciones cutáneas. La sensación es de una profunda quemazón, más dolorosa que la de una medusa o una carabela portuguesa. De hecho, según los expertos, puede llegar a causar náuseas y vómitos.
¿Por qué han llegado a las costas españolas?
El dragón azul habita, de forma natural, en aguas abiertas del Atlántico, Pacífico e Índico. Así, es rara la vez que se acerca a la costa. Entonces, ¿cómo ha llegado hasta aquí?
Los expertos señalan que dos factores que han facilitado su presencia en el Mediterráneo español. El primero, el aumento de la temperatura del agua. Según la Aemet, se han registrado un aumento de hasta seis grados por encima de lo normal en los últimos veranos. Por ello, el mar se convierte en un entorno más favorable para especies propias de lugares tropicales.
El segundo, se debe a la presencia de otro ser que sí acostumbra a visitar nuestras costas: la carabela portuguesa. La abundancia de esta medusa atrae al dragón azul en busca de alimento.
De este modo, un agua con mayor temperatura y mayor disponibilidad de alimento se retroalmientan, aumentando la posibilidad de la llegada de estos dragones azules.
¿Qué hacer si se avista un ‘dragón azul’?
Lo más importante es no tocarlo ni manipularlo. Cuando se pisa o se toca, este libera células urticantes acumuladas en sus apéndices, provocando así una reacción en la piel. Las recomendaciones si se avista uno de ellos son las siguientes:
- No tocar ejemplar, tampoco con guantes.
- Lavar la zona afectada, si se toca, con agua salada.
- Retirar con pinzas cualquier resto adherido a la piel y aplicar paños fríos.
- Evitar el hielo o frotamiento.
Si los síntomas persisten o se agravan, será necesario acudir a un centro médico. No obstante, las autoridades de las playas afectadas ya han activado protocolos de seguridad, incluyendo la prohibición temporal del baño y la vigilancia preventiva. Es estrictamente necesario cumplir las normas y seguir las recomendaciones de los socorristas.