Monseñor José Antonio Satué Huerto (Huesca, 1968) ha tomado posesión como obispo de la Diócesis de Málaga en una multitudinaria celebración en la que ha estado acompañado por casi una treintena de obispos de toda España, entre ellos, el ya obispo emérito de Málaga, monseñor Jesús Catalá.
La primera homilía de Satué como obispo en la Catedral de Málaga ha girado en torno a tres llamadas: la humildad, la coherencia y la misión, tres actitudes que, «con la ayuda de Dios y la vuestra, quisiera cultivar tanto en mi vida personal como en la comunidad eclesial», según ha recogido la Diócesis en una nota.
«Sólo una Iglesia que renuncia al triunfalismo y deja de mirarse a sí misma, para poner en el centro a Dios, que nos envía a aliviar el sufrimiento de las personas más vulnerables y a buscar el bien de la humanidad, puede abrir caminos de encuentro con Jesucristo», ha afirmado el obispo respecto a la humildad.
En lo que se refiere a la coherencia, ha invitado a los fieles a «pasar de las palabras a la acción» en ámbitos como la oración, la sinodalidad o «el cuidado de la Creación», entendiendo que «no hay nada más elocuente que un cristiano que vive con sencillez, con alegría y con verdad lo que predica».
Por último, ha explicado que la misión es «la que da sentido a las anteriores», argumentando que «no podemos permitirnos ser una Iglesia autorreferencial encerrada en sí misma, preocupada solo por sus necesidades y problemas».
«No hemos sido llamados para optimizar recursos ni para mejorar nuestra imagen, mucho menos para proteger privilegios. Nuestra vocación no es conservar espacios, sino promover procesos de liberación, de justicia y santidad, especialmente entre las personas marginadas en las afueras de la sociedad y de la Iglesia», ha señalado.
Además de la numerosa presencia de obispos y sacerdotes, la representación institucional ha contado con la asistencia de Francisco de la Torre, alcalde de Málaga; Patricia Navarro, delegada de la Junta de Andalucía; José Francisco Salado, presidente de la Diputación Provincial; Javier González de Lara, presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga y de Andalucía; Manuel Domínguez, presidente de la Fundación Bancaria Unicaja; Juan Ignacio Zafra Becerra, director territorial de Andalucía de CaixaBank; y Gonzalo Otalecu, director de la Fundación Málaga, entre otros.
Durante el acto, el obispo emérito, en calidad de administrador apostólico, ha dirigido unas palabras de acogida a los asistentes y especialmente al nuevo obispo, a quien le ha deseado «un gozoso y fecundo pastoreo».
«Querido hermano José Antonio, la comunidad cristiana malacitana te acoge con gran afecto y alegría como pastor que viene en nombre del Señor», ha expresado el anterior obispo.
A continuación, el representante de la nunciatura, monseñor Roman Walczak, ha leído un mensaje en nombre del Papa León XIV, en el que le desea al nuevo obispo «que la Madre de Dios le asista siempre».
Tras una aclamación, el arzobispo de Granada, Gil Tamayo, ha invitado al obispo electo a sentarse en la cátedra y le ha entregado el báculo, simbolizando la sucesión apostólica y la continuidad pastoral, lo que se ha celebrado con aplausos por parte de los presentes y el repique de campanas de la Catedral de Málaga.
En la despedida del acto, monseñor Satué ha hecho referencia a la celebración esta misma tarde del partido entre el Málaga y el Huesca, equipo de su ciudad natal, con un «¡que Dios reparta suerte!».
Finalizada la misa, el nuevo obispo ha sido saludado en el presbiterio por sus hermanos en el episcopado y, posteriormente, ha recorrido las naves de la Catedral saludando a e todos los presentes.